Historia
Desde
el inicio de su historia el ser humano ha elaborado hipótesis y teorías sobre
el funcionamiento psicológico y los trastornos mentales. A pesar del predominio
del método científico, a día de hoy concepciones muy antiguas, como la
atribución de las enfermedades a la acción de espíritus o la separación entre
el cuerpo y el alma, siguen teniendo cierta influencia.
Para
hablar de la historia de la psicología es necesario remontarse a los filósofos
clásicos; no obstante, la disciplina que hoy conocemos no se desarrolló como
tal hasta que se popularizaron las obras de autores como Emil Kraepelin, Wilhelm
Wundt, Ivan Pavlov o Sigmund Freud, en los siglos XIX y XX.
Edad Antigua: inicio de la historia de
la Psicología
El
término psicología proviene de las palabras griegas “psyché” y “logos”,
pudiendo traducirse como “estudio del alma”. Durante la Edad Antigua se creía
que los trastornos mentales eran consecuencia de la posesión por parte de
espíritus y demonios, y los tratamientos consistían en conjuros y
encantamientos a los que se atribuían efectos curativos.
Entre
el siglo V y el IV a.C. filósofos como Sócrates y Platón realizaron
aportaciones que serían claves para el desarrollo de la psicología, además del
de la filosofía. Mientras que Sócrates sentó los fundamentos del método
científico, Platón concebía el cuerpo como el vehículo del alma, verdadera
responsable de la conducta humana.
En
esa misma época el médico Hipócrates estudió las enfermedades físicas y psíquicas
mediante el método inductivo y las atribuyó a desequilibrios en los humores o
fluidos corporales. Esta tradición sería recogida por Roma: la obra de Galeno,
que desarrolló la de Hipócrates, es una de las mejores muestras de la
influencia griega en el pensamiento romano.
Edad Media: desarrollos y retrocesos
En
la Edad Media el pensamiento europeo quedó dominado por el cristianismo; esto provocó
retrocesos claros en el progreso científico. Aunque las teorías grecorromanas
de los humores seguían vigentes, se combinaban de nuevo con lo mágico y lo
diabólico: los trastornos mentales se atribuían a la comisión de pecados y se
“trataban” mediante rezos y exorcismos.
En
cambio en el mundo árabe, inmerso en su edad dorada, la medicina y la
psicología siguieron avanzando durante el Medievo. Se describieron
“enfermedades de la mente” como la depresión, la ansiedad, la demencia o las
alucinaciones, se aplicaron tratamientos humanitarios a quienes las sufrían y
se empezó a estudiar los procesos psicológicos básicos.
También
se produjeron desarrollos relevantes en la psicología asiática. La filosofía
hindú analizó el concepto del yo, mientras que en China ya se aplicaban tests
en el ámbito educativo y se llevó a cabo el primer experimento psicológico del
que se tiene constancia: dibujar un círculo con una mano y un cuadrado con la
otra para valorar la resistencia a la distracción.
Renacimiento e Ilustración
Entre
los siglos XVI y XVIII, en el mundo occidental convivieron la concepción
demonológica de la enfermedad mental y el humanitarismo. La recuperación de la
influencia de los autores clásicos griegos y romanos tuvo un papel fundamental
en esta segunda vertiente, que relacionaba los trastornos psicológicos con
alteraciones físicas, y no morales.
La
palabra “psicología” se empezó a popularizar durante este periodo histórico. En
este sentido fueron especialmente importantes las obras de los filósofos Marko
Marulic, Rudolf Göckel y Christian Wolff.
Cabe
destacar la influencia de filósofos como René Descartes, que contribuyó a la
concepción dualista que separaba el cuerpo y el alma, Baruch Spinoza, que la
cuestionó, o John Locke, quien afirmó que la mente depende de influencias
ambientales. Asimismo el médico Thomas Willis atribuyó los trastornos mentales
a alteraciones en el sistema nervioso.
A
finales del siglo XVIII también fueron muy influyentes Franz Joseph Gall y
Franz Mesmer; el primero introdujo la frenología, según la cual las funciones
mentales dependen del tamaño de áreas concretas del cerebro, mientras que el
mesmerismo atribuía las alteraciones físicas y psicológicas a la acción de
energías magnéticas sobre los fluidos corporales.
La
psiquiatría fue precedida por el alienismo, representado principalmente por
Philippe Pinel y su discípulo Jean-Étienne Dominique Esquirol. Pinel promovió
el tratamiento moral de los enfermos mentales y las clasificaciones
diagnósticas, mientras que Esquirol fomentó el uso de la estadística para
analizar la eficacia de las intervenciones psicológicas.
Siglo XIX: nace la "Psicología
científica"
A
partir de la segunda mitad del siglo XIX el aumento de los conocimientos sobre
la anatomía cerebral hicieron que los procesos mentales se entendieran en mayor
medida como consecuencias de la biología. Destacamos las aportaciones de la
psicofisiología de Gustav Theodor Fechner y las de Pierre Paul Broca y Carl
Wernicke en el campo de la neuropsicología.
También
fue muy importante la influencia de la teoría de la evolución de Charles
Darwin. El evolucionismo sirvió de excusa a eugenistas como Francis Galton y
Bénédict Morel, que defendían la inferioridad de las personas de clase baja y
de las que tenían trastornos mentales a través de la sobrevaloración del peso
de la herencia.
En
1879 Wilhelm Wundt fundó el primer laboratorio de Psicología Experimental, donde
se combinarían los conocimientos de distintas ramas de la ciencia; es por esto
que se suele llamar a Wundt “el padre de la psicología científica”, si bien
antes de Wundt investigadores de la psicofísica como Gustav Theodor Fechner ya
habían preparado el camino para el surgimiento de esta disciplina. Granville
Stanley Hall fue el creador de un laboratorio similar en Estados Unidos y fundó
la American Psychological Association.
La
psiquiatría se desarrolló en gran medida gracias a la obra de Karl Ludwig
Kahlbaum, que estudió alteraciones como la esquizofrenia y el trastorno
bipolar, y a la de Emil Kraepelin, pionero de las actuales clasificaciones
diagnósticas basadas en los síntomas y en los signos, así como en su curso.
Entre
los antecedentes de la psicología actual también es necesario mencionar el
funcionalismo y el estructuralismo, dos escuelas muy influyentes durante los
últimos años del siglo XIX y la primera etapa del XX. Mientras que el
funcionalismo de William James estudiaba las funciones mentales, el
estructuralismo de Edward Titchener se centraba en sus contenidos, como las
sensaciones o los pensamientos.
Por
otra parte, en este siglo Jean-Martin Charcot y Josef Breuer estudiaron la
hipnosis y la histeria, desarrollando investigaciones e ideas que inspiraron a
Sigmund Freud durante los últimos años de este siglo. Mientras tanto, en Rusia
apareció la reflexología de la mano Iván Pávlov y Vladimir Bekhterev. Con estas
aportaciones se establecieron las bases del psicoanálisis y el conductismo, las
dos orientaciones que dominarían la psicología de la primera mitad del siglo
XX.
El desarrollo en el siglo XX
Durante
el siglo XX se establecieron las corrientes teóricas principales de la
psicología actual. Sigmund Freud, discípulo de Charcot y Breuer, creó el
psicoanálisis y popularizó la terapia verbal y el concepto de inconsciente bajo
el prisma psicoanalítico, mientras que autores como John Watson y Burrhus F.
Skinner desarrollaron terapias conductistas centradas en el comportamiento
observable.
La
investigación científica promovida por el conductismo acabaría llevando a la
aparición de la psicología cognitiva, que recuperó el estudio de los procesos
mentales tanto elementales como complejos y se popularizó a partir de los años
60. Dentro del cognitivismo se engloban los tratamientos desarrollados por
autores como George Kelly, Alfred Ellis o Aaron Beck.
Otra
orientación teórica relevante es la psicología humanista, representada por Carl
Rogers y Abraham Maslow, entre otros. El humanismo surgió como una reacción al
predominio del psicoanálisis y el conductismo y defendió la concepción de las
personas como seres libres, únicos, tendentes a la autorrealización y con
derecho a la dignidad.
Asimismo,
los conocimientos sobre biología, medicina y farmacología aumentaron
enormemente durante el siglo XX, lo cual facilitó el predominio de estas
ciencias por encima de la psicología e influyó en el desarrollo de campos
interdisciplinarios como la psicobiología, la neuropsicología y la
psicofarmacología.
Las últimas décadas
El
desarrollo de la ciencia del comportamiento y de los procesos mentales ha
estado marcado por el desarrollo de las neurociencias y el diálogo constante
con las ciencias cognitivas en general, y con la economía conductual. Del mismo
modo, las escuelas de la corriente vinculada al psicoanálisis han perdido buena
parte de su presencia y su hegemonía, si bien se mantienen con buena salud en
Argentina y Francia.
Esto
ha hecho que actualmente prime una concepción de la psicología en la que las
neurociencias y la psicología cognitivista (con muchas aportaciones del
conductismo) intercambian entre ellas herramientas y conocimientos tanto en la
investigación como en las intervenciones.
Sin
embargo, las críticas que el conductismo realizó contra las concepciones
mentalistas y subjetivistas de la psicología (que son aquellas que tratan
"la mente" como algo separado del contexto de una persona y las que
parten desde las opiniones de la persona acerca de lo que le pasa por la
cabeza, respectivamente), siguen estando vigentes.
Esto
hace que tanto el cognitivismo como el psicoanálisis y todas las perspetivas
pertenecientes a la psicología humanista sean duramente criticadas, entre otras
cosas, por trabajar a partir de conceptos muy abstractos y poco definidos bajo
los cuales pueden colocarse significados muy diversos y poco relacionados entre
sí.
De
todos modos, el conductismo sigue siendo una filosofía minoritaria en la
psicología, mientras que el cognitivismo goza de muy buena salud. Eso sí, la
gran mayoría de investigaciones en psicología cognitiva de tipo experimental
son realizadas partiendo del conductismo metodológico, lo cual lleva a algunas
contradicciones: por un lado se tratan los fenómenos mentales como elementos
situados "dentro del cerebro" de la persona (mentalismo) y por el
otro se trata de estudiar este elemento creando estímulos y midiendo respuestas
objetivas.
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